Una de las primeras premisas que tiene que considerar en la configuración de su cartera es la diversificación. Idealmente debería comprender empresas de distintos sectores y de distintos países.
El objeto de diversificar es protegerse ante imprevistos. Y créame, en bolsa no hay nada escrito. ¿Acaso hubiera imaginado usted que iba a quebrar Lehman Brothers en 2008 o General Motors en 2009?
Al tener una plétora de valores evitamos que ante una catástrofe nos pase una gran factura. Recuerde aquello de no poner todos los huevos en la misma cesta...
Pongamos por ejemplo que su cartera consta de 100 acciones con el mismo nivel de participación sobre su capital. Si una de ellas quiebra usted pierde como mucho el 1% de su dinero.
El problema es que diversificar en exceso también tiene su doble contrapartida:
Nos protegemos de lo malo, pero también de lo bueno. Si una de nuestras acciones duplicase su valor en nuestra cartera tendrá, igualmente, un impacto de sólo el 1%.
Resulta difícil, por no decir imposible para un particular, mantenerse al tanto de la situación de tantas empresas, de modo que no podemos saber si conviene deshacer alguna de las posiciones.
Hay otras corrientes que aconsejan que ningún valor debería pesar más de un 5% en nuestra cartera, otros un 10%. Por dar un número yo no recomiendo configurar carteras de más de 20 valores. En cualquier caso esto no es una regla exacta. Es sólo mi opinión. Utilice esto como una mera referencia para configurar su cartera de un modo que usted se encuentre totalmente a gusto con ella.
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