Esta estrategia se traduce literalmente como comprar y mantener. Consiste en adquirir unas acciones y dejar que sigan revalorizándose y aportándonos rentas si son de las que pagan dividendos. Esta es la estrategia que recomiendo y por tanto en la que se basa el desarrollo de este tutorial.
La selección de valores que nos interesan son empresas sólidas y estables. Si además aún tienen capacidad de crecimiento, tanto mejor.
Es más, es del todo imposible que en el transcurso del tiempo el precio de una acción suba y baje. En esta estrategia resulta conveniente realizar compras e incrementar posiciones cuando la cotización del valor caiga.
Tan sólo habrá que vender cuando bien por la evolución normal de las circunstancias o una causa sobrevenida cambien las características del negocio y dejen de ser buenas empresas.
Un ejemplo:
En los años 80 y 90 un videoclub era un buen negocio. ¿Considera que también lo es hoy en día? ¿Invertiría en él? Ahí tiene un buen ejemplo de lo que hubiera sido una empresa sólida, estable y rentable cuyo modelo de negoció cambió con el paso del tiempo y dejó de ser una buena inversión primero para acabar desapareciendo más tarde.
Si el trabajo se ha hecho correctamente a la hora de comprar un valor el momento de venderlo es casi nunca.
Philip Fisher
Insisto, mientras la empresa siga siendo buena, no hay que vender, y si el precio baja sin que el negocio se haya deteriorado, se debe aprovechar para comprar más. Ejemplos de empresas que a día de hoy son buenas: Google, Apple, Amazon, Microsoft…
He de señalar además que al no vender las acciones evitamos tener que tributar por ellas. Da igual cuanto se revaloricen. Sólo hay que pagar impuestos por las ganancias que se hagan efectivas, es decir, las que se concretan en forma de plusvalía cuando se venden las acciones.
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