Este sector incluye a los medios de comunicación, social y tradicional, así como a las empresas de telecomunicaciones (cable, datos, telefonía…).
Medios de comunicación
Por hablarlo de una manera muy concreta nos estaríamos refiriendo a las cadenas de radio, televisión, prensa escrita y editoriales. El avance tecnológico está suponiendo un antes y un después en muchos negocios. Los medios de comunicación tal vez sean de los más afectados
Antes era una situación un tanto monopolística. La competencia estaba totalmente restringida, ya que se precisaban licencias para poder emitir. Internet ha revolucionado este panorama. Ahora cualquiera puede difundir su contenido audiovisual, incluso en directo, a través de plataformas como YouTube.
Esto ha supuesto que las cadenas de siempre se encuentren en una difícil situación. Ahora tienen una competencia con la que es difícil competir. Además su infraestructura demanda un elevado capital. Fiel reflejo de esta situación son sus cotizaciones, en marcada tendencia bajista.
En lo que a la prensa escrita la principal barrera de entrada radicaba en la dificultad para imprimir y repartir la prensa diariamente de una manera rápida y eficiente. Es evidente que internet ha cambiado las tornas…
Igualmente ha ocurrido con las editoriales. Los libros electrónicos han acabado con la exclusividad del libro en papel. Ello implica que ahora cualquiera puede editar un libro en este formato y proceder a su difusión.
La revolución es total. No parece ser muy halagüeño el futuro que espera a todas estas empresas.
Empresas de telecomunicación
Son las que conocemos comunmente como teleoperadoras. Son las que prestan servicios de acceso a internet, telefonía y, en algunas ocasiones, televisión.
Antiguamente se fundamentaba totalmente en la extensión de su red, dado que se transmitía vía cable. El hecho de que ahora se haga mediante transmisión ha supuesto que las compañías de siempre se encuentren cada con más competencia.
En principio es un sector estable y con demanda. Las compañías cuentan con unos ingresos recurrentes por los contratos de millones de usuarios, muchas veces semiblindados con permanencias.
Además, el producto que venden, llamémoslo información, es gratuito. No tienen que generarlo, por lo que en principio deberían tener muy buen retorno sobre inversión.
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