Este sector comprende aquellas compañías en las que el consumo de sus productos resulta imprescindible. Hablamos de comida, bebida, productos de limpieza, etc. Incluye tanto a productores como vendedores minoristas: Procter & Gamble, Kimberly-Clark, Coca-Cola, Costco…
El sector de la alimentación y del consumo de productos personales y para el hogar comparten una misma característica, y es la estabilidad.
Los productos objetos de negocio en este apartado son necesarios, por lo que en principio deberían ser adquiridos vaya la economía bien o mal.
Obviamente claro que puede haber diferencias en la facturación entre las épocas de bonanza y las de crisis. Cuando todo va bien es factible que se consuma algo más, productos más caros, de mayor calidad, de marca, pero a la postre, aunque pueda haber oscilación en las cifras de negocio, una persona no deja de comer porque sus ingresos hayan disminuido. Es por eso que se trata de un sector estable.
Cabría mencionar la dualidad de la relación entre las marcas y los distribuidores. Por ejemplo una marca como Coca-Cola podrá poner unas condiciones más exigentes que otro tipo de bebidas sin su capacidad de marca. Igual pero al contrario ocurriría con un producto no muy conocido que quiera ser vendido, por ejemplo, en los supermercados de el Corte Inglés. En este caso será el distribuidor el que presione más en favor de sus intereses.
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